La gran aventura del desempleo

¡Hola!
Como habréis visto, y si no os lo digo, este post está categorizado como “desahogos”, esto es que si esperábais un post de divulgación, informativo o algo por el estilo, esta categoría no es la más adecuada.
Todos necesitamos alguna vez soltar lastre, y además es bueno hacerlo y no quedárselo dentro, más que nada por lo insano del hecho en si, así que aquí voy con mi primer desahogo del año.

Por suerte, ahora ya no es así o almenos no tan acusado, pero en la época en la que yo terminaba bachillerato, si no te metías en la universidad, para la mayoría de famílias era poco menos que un fracaso total en tu educación, si no estudiabas una carrera, no podrías llegar a ser nadie en este mundo ni aspirar a un buen trabajo.
Cierto es que en mi caso, tuve la “suerte” de que lo que yo quería estudiar, era una carrera, o almenos ¡una de las opciones! porque estaba entre psicología y criminología y como la segunda no estaba homologada pues… digamos que fue descartada automáticamente.
la cuestión es que no fue fácil sacarme la licenciatura, ya sea por mis propias presiones por lo exigente que soy, por las presiones externas, por diversos acontecimientos que fueron dándose en mi época de universitaria, etc. Pero al final, logré licenciarme.

Una vez licenciada, me di cuenta de varias cosas: una, de que en las carreras a duras penas aprendes nada, almenos en lo que se refiere a la práctica que a fin de cuentas, es lo que te exigen en los trabajos, experiencia, experiencia y experiencia, y otra, que ahora si no te especializas en nada, casi que la carrera no sirve, así que empecé a mirar postgrados y masters y efectivamente encontré uno que me encantaba y se adecuaba a lo que yo pretendía y pretendo ser a nivel profesional. El master es en estudios interdisciplinares de género, así que me fui a madrid que es donde se impartía.
He de confesar, que además escogí ese master a parte de lo interesante que resultaba para mí, porque así podía irme a vivir a madrid con mi pareja, Juanjo @kastwey y comprobar que tal era esto de la convivencia, si nos iba a ir bien o nos íbamos a matar en una de ésas… por lo pronto como veis, ambos seguimos vivos dando la brasa por los mundos 1.0 y 2.0 (sonrisa).

Bien, sin querer hacer de este post una breve historia de mi vida, que casi ya lo parece, os diré que hice el master y lo terminé y ¡AQUÍ EL QUIT DE LA CUESTIÓN! empezar a buscar empleo. sinceramente, es totalmente desmoralizador que después de que te metan en la cabeza y te presionen para sacarte contra más títulos posibles, no encuentres nada de nada, o lo que hay, ni por asomo se parezca a lo que tú soñabas cuando hacías la carrera, asignaturas que odiabas y decías: “bueno! todo sea porque realmente quiero ser psicóloga y esta asignatura de **** solo es un pequeño paso que hay que superar para alcanzar mi objetivo”.

Sé que llevo poco tiempo buscando pero lo que veo, hace que me frustre, me entre la impotencia y hasta tenga pesadillas en que mi CV es descartado! (totalmente verídico) y me planteo en qué mundo vivimos, ¿cómo puede ser que la vida cada vez sea más cara y los sueldos cada vez parezcan más un mal chiste que una realidad?.
¿Cómo pueden pretender que una persona se independice si he visto trabajos donde se piden a diplomados o licenciados ofreciendo sueldos brutos de menos de 1000€ al mes?, cuando los alquileres de un piso como muy poco, están en las grandes ciudades a casi 500€. O como comentaba algo más arriba, que te pidan no sé cuantos años de experiencia…, ¡experiencia de qué! si nadie te la ofrece, ni siquiera casi en las carreras ni especializaciones, de donde te la sacas? es un pez que se muerde la cola.

Así que aquí seguimos, buscando ofertas y más ofertas ya de lo que sea, al final todo se reduce a poder ganar dinero para sobrevivir, olvídate de eso de poder encontrar el trabajo de tus sueños donde puedas disfrutar con ello.
Y no me voy a meter ya con el tema de la diversidad funcional, que por azares de la vida, resulta que entre tanta otra gente, a mí también me ha tocado. Si ya es difícil para todas y todos encontrar un trabajo, mucho más lo es para alguien con diversidad funcional y ya puestos, mujer. Ya sé que hay algunos puestos reservados pero vaya… mirad en las bolsas de empleo especializadas y decidme si veis muchos de psicóloga o especialista en género o de tantas otras carreras que hemos hecho.
De todos modos supongo que es lo que hay, tanto si eres una persona con diversidad funcional como si no, la oferta es la oferta y todas y todos los que buscamos empleo, lo tenemos negro negro en estos tiempos. Ojalá esta situación cambie pronto.

¡Hasta la próxima!

instinto animal

¡Hola!
Hace unos días, revisando tweets me topé con esta noticia:
Descubren que los perros pueden oler el cáncer.
Y la verdad es que a parte de parecerme sorprendente, empecé a acordarme de vivencias que tanto gente de mi alrededor como yo misma, hemos tenido con animales, así que, después de todo el ajetreo de las fiestas, he pensado que me apetecía hacer un post para que juntos las compartamos.

Al hilo de la noticia, que trata de los perros que pueden detectar el cáncer en los humanos, puedo corroborar que es cierto. Mi madre tuvo cáncer y el perro que tenía mi tía, empezó a comportarse de una manera totalmente distinta con mi madre desde que se lo detectaron hasta que se lo extirparon, increíble pero cierto.
El perro de repente no se separaba de ella, se frotaba en sus piernas y tenía una actitud muy afectuosa, en el momento que operaron a mi madre, el animal volvió a comportarse con normalidad con ella.

En otra ocasión, hablo de cuando yo era pequeña, fuimos al zoo de Barcelona y entramos al aquarama, son unas instalaciones que están por debajo de las piscinas de los delfines y en ese momento, de Ulises, la orca. Pues bien, como yo aún tenía algo de resto visual, mi madre me arrimaba a las ventanas a ver si era capaz de percibir aunque fueran las sombras de los animales. La orca, que pasaba por ahí, de repente se acercó y en cada ventana que me asomaba, reaparecía. Una señora, llegó a preguntarle a mi madre si ella era la entrenadora por lo sorprendente de la situación. Y más sorprendente fue cuando esa señora quiso acercarse también, y la orca mostró una actitud algo menos amigable (enseñó los dientes). Mi padre tuvo que filmar ese acontecimiento, porque es de esos de “si no lo veo no lo creo”.
Más adelante, comentándolo mi madre con algunos conocidos, le dijeron que efectivamente estos animales tienen gran sensibilidad y que en los espectáculos acuáticos, no dejan colocarse a gente con diversidades funcionales en las primeras filas dado que los animales, se distraerían y no atenderían a sus entrenadores.

Quizá estas dos experiencias son las más llamativas, aunque he tenido otras tanto con mi Yorkshire Queency como con mi Bella. Digamos que tienen un grado de empatía muy elevado.
Mi Queency cuando alguien de la familia enfermaba, siempre estaba echada a su lado, fuera en la cama o en el sofá y mi Bella, ya sabeis, mi labradora guía, en cuanto tengo alguna mala racha más acusada de lo habitual, también lo nota. En una ocasión, incluso enfermó, ¡vomitaba y no quería comer nada! Ya os podéis imaginar mi preocupación, que un labrador, y más Bella, no quiera comer… ¡es para que todas las alarmas salten!

Y vosotros, seguro que haciendo memoria, os acordáis de algún hecho curioso con algún animal. ¿os animáis a contarlo?
¡Hasta la próxima!